La primera noticia histórica en los anales del antiguo Reino de Valencia de este emplazamiento urbano, la encontramos en la donación realizada en 1238 por Jaume I a los templarios de una serie de edificaciones que han servido demorada a los descendientes del monarca Alí-Bufat Muley junto al torreón y portal de Bab-el Sachar, en el ángulo más nor-oriental de la antigua muralla árabe de Valencia donde se había izado la real Senyera el memorable día de la rendición de la ciudad.

 

Suprimida la orden del Temple en 1312, todos sus bienes pasarían a engrosar el patrimonio de la nueva orden de Nuestra Señora de Montesa, erigida por Jaume II el Justo y aprobada por el papa Juan XXII cinco años después. Poco se sabe de las primeras construcciones cristianas en el primitivo solar del Temple, aunque Pingarrón recoge la mención de Zacarés de que los templarios erigieron al poco de tomar posesion del lugar una pequeña iglesia bajo la advocación de Nuestra Señora del Niño Jesús, cuestión a la que también alude Gaspar escolano a principios del siglo XVII y que se puede apreciar en el plano del Padre Tosca (1740).

Así pues, vemos que desde el inicio del nuevo reino cristiano de Valencia porJaume I, el solar del Temple está indisolublemente asociado históricamente con la reconquista de la Ciudad de Valencia y la fundación del Reino, ostentando la memorable efemérides de sé izado la enseña real en el torreón y portal de Bab-el Sachar, también denominado de Alí -Bufat. Pero también desde ese inicio de una nueva era se constata el solar del Temple como sede de una de los primeros lugares de culto cristiano de la ciudad, asociado a una orden tan importante como la de los caballeros de Montesa.

 

El segundo hito importante en el devenir histórico de este enclave urbano lo constituye la propia erección del Convento e Iglesia tal como los conocemos hoy día, con ocasión del fuerte terremoto que asoló el sacro castillo convento de la orden de Montesa en dicha villa el 23 de marzo de 1748. Según señala Villalmanzo la opinión de abandonar Montesa se impuso en seguida y un decreto expedido por el rey Fernando VI el 16 de mayo de 1748 ordena que se trasladará a Valencia, a la sede del lugarteniente general hasta que se construyese un convento.
Así pues, encontramos un tercer fundamento básico del Temple con la implicación de la Monarquía española en el aseguramiento de las personas y enseres de laorden de Montesa y, sobretodo, en la decisión de llevar a cabo la construcción de un nuevo convento, ahora ya en la ciudad de Valencia.
Senala Villalmanzo Que Entre 1720 y 1725 la iglesia existente habia Sido reformada y ampliada por Juan Pérez-Castiel Y Artigues, hijo del famoso in arquitecto Juan Bautista Pérez-Castiel, AUNQUE SUS Dimensiones seguían Siendo muy Pequeñas , Aptas unicamente para las ceremonias Privadas de los caballeros de Montesa.


En 1750 otro real decreto de Fernando VI fija definitivamente la sede de la orden de Montesa en el palacio del Temple de Valencia, realizándose en los años siguientes una serie de memoriales dirigidos al rey para solicitar la construcción del nuevo convento prometido. Después de diversas vicisitudes ministeriales y reuniones del Consejo de Ordenes, éste agiliza los trámites pocos días antes del fallecimiento del rey Fernando VI examinando unos primeros planos elaborados por el arquitecto de la orden Vicente Gascó. Andrés Mayoral, arzobispo de Valencia, impulsa también el asunto en el Consejo de Ordenes que asume definitivamente el tema el 28 de febrero de 1760, poco antes de la llegada a
Madrid del nuevo rey Carlos III.


Será pues Carlos III quien firma la orden definitiva para comenzar las obras de construcción del nuevo convento-palacio del Temple en 17 de diciembre de 1760,  después de que el prior P. Ramirez recordara al Consejo de Ordenes el injusto recorte de rentas de Sueca que les había asignado el ministro José Carvajal en 1750, y cómo ahora, con la contabilización durante todos esos años de dicha partida ministerial y la generosa contribución de los nuevos ingresos de los religiosos por el incremento de la superficie de terreno dedicado al cultivo del arroz, podía resolver la financiación de las obras.

Siguiendo a Villalmanzo sabemos que el ministro de Hacienda, marqués de Esquilache, aprueba la construcción del convento y el aumento de la asignación anual para manutención de la comunidad de religiosos, y que poco después asume, mediante real decreto de 31 de enero de 1761, el gasto de las obras del Temple a través del real erario.

La edificación entre 1761 y 1785 de la iglesia, convento y colegio de la orden de Montesa, conocido en su conjunto como el Temple, significa la mayor empresa de promoción real en la ciudad de Valencia junto con el antiguo Palacio de la Aduana (1758 -1764) a lo largo del siglo XVIII.

 

 

Conviene ahora fijar la mirada en los artífices de la construcción, puesto que además del mencionado P. Ramirez, prior del convento y eficaz promotor ejecutivode las obras, hay que mencionar al joven arquitecto Vicente Gascó, autor de losprimeros planos y director de las obras4, y al arquitecto real Miguel Fernandez, querealizó los planos definitivos en 1760 para la aprobación definitiva por el Consejode Ordenes tras revisión y aprobación de Diego de Villanueva, arquitecto director de la Academia de San Fernando.

 

Atendiendo a lo señalado por Villalmanzo, podemos considerar la fecha el 21 de marzo de 1761 como el comienzo efectivo de los trabajos, estará previsto su conclusión para el año 1766. La terminación de la iglesia se retrasó tras la marcha de Vicente Gascó como director de las obras, consagrándose en noviembre de 1770, a pesar de que hasta 1773 no se terminó el Altar mayor con el tabernáculo y en 1785 se finaliza la Capilla de la Comunión, la Capilla de los enterramientos y las dos portadas laterales del Presbiterio. Menciona Jesús Faus cómo para preparar la inauguración solemne del Sacro Convento y su Iglesia, fueron realizados por José Vergara dos retratos de los reyes Jaume II el Justo y Carlos III para disponer sobre las puertas laterales del presbiterio porque no llegaban a tiempo los altorrelieves en mármol de Carrara que se encargaron para dejar recuerdo perpetuo de la benevolencia real.



Siguiendo el paso del tiempo, una vez finalizada la guerra de la independencia, en la que los franceses saquearon el convento y la Iglesia, y después de varios intentos por hacer renacer la vida monacal, el edificio fue abandonado en 1835 tras la Desamortización de Mendizábal , pasando entonces a pertenecer al estado y albergando diversos usos de tipo administrativo o cultural (asuntos relacionados con el gobierno central o de la Diputación Provincial), así como almacenaje de mercancías diversas.

El 13 de febrero de 1839 se autorizó el uso del Palacio como local de reunión para "El Liceo de Valencia", una sociedad cultural dedicada al estudio de las Artes, la Literatura y las Ciencias, formada por un grupo de intelectuales al que pertenecían Teodoro Llorente Olivares, Vicente Wenceslado Querol y el músico Salvador Giner y Vidal, entre otros.

A partir del año 1863, una vez extinguida la sociedad del Liceo, el edificio será utilizado para diversos menesteres de índole estatal, como la sede de la Diputación Provincial, el Gobierno Civil de la Provincia o la Delegación de Hacienda. Finalmente, A partir de 1952, todos ESTOS Organismos se redistribuirán en Otros emplazamientos, y Quedarán Como Único inquilino del convento el Gobierno Civil, Cuya sede Se mantiene la hasta Fecha.